Qué es Savasana en yoga
Savasana o mritasana (en sánscrito, la postura del cadáver) se considera un asana de relajación, es recomendable practicarlo al principio y al final de una sesión de yoga.
A simple vista, puede parecer una postura fácil de realizar, pero conlleva cierto esfuerzo el aprender a relajar los músculos de forma consciente.
Por esto mismo, a menudo se lo considera el asana más difícil del yoga.
Esta postura nos permite descansar, aliviando las tensiones acumuladas en el cuerpo y la mente; es especialmente beneficiosa para la espalda y la columna.
Cómo hacer Savasana
Para practicar savasana, nos acostamos boca arriba, separando ligeramente los brazos del cuerpo y dirigiendo las palmas de las manos hacia arriba.
Si nos resulta más cómodo, podemos apoyar la cabeza sobre un cojín o una manta doblada.
Hay que separar ligeramente los pies, dejándolos caer hacia fuera, y mantener la cabeza y la columna alineadas; de este modo comenzaremos a entrar en un estado de relajación que se irá haciendo cada vez más profundo (para los que sufren de dolor de espalda agudo es recomendable doblar las rodillas y apoyar los pies en el suelo).
A continuación, cerramos los ojos y nos centramos en sentir cada parte de nuestro cuerpo.
Nuestra respiración ha de ser regular y consciente; podemos hacer una cuenta atrás con cada inhalación y exhalación o repetir un mantra.
Para deshacer la postura, primero debemos tomar conciencia de nuestro cuerpo en el entorno y luego, lentamente, podemos comenzar a movernos.
Durante la relajación, es fundamental no mover el cuerpo para no alterar la práctica. Lo ideal es mantener la postura al menos durante 10 o 15 minutos.
Los beneficios del savasana
Este asana es ideal para relajar cuerpo y mente. Es recomendable llevarlo a cabo antes y después de una sesión de yoga, o durante ésta si realizamos secuencias muy dinámicas (como el saludo al sol).
Si practicamos después de un largo día de trabajo, nos ayudará a recuperar energía para poder realizar otras actividades; también es ideal antes de la meditación o de irnos a dormir.
El practicarlo de forma regular nos ayudará a desarrollar la conciencia del cuerpo y la mente.
Entre los beneficios más notables que nos aporta el savasana están los siguientes:
- Permite relajar mente y cuerpo por completo.
- Es bueno para los que sufren dolores de cabeza.
- Alivia la tensión de la espalda, cuello y hombros.
- Ayuda a controlar el estrés y la ansiedad.
- Mejora los problemas de insomnio.
- Disminuye la tensión alta.
Por qué funciona savasana
La clave está en cómo funciona nuestro sistema nervioso, en el cual podemos distinguir dos secciones principales: sistema nervioso central y sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso central comprende el cerebro y la médula espinal; el sistema nervioso periférico incluye todos los nervios sensores y motores.
El sistema motor se subdivide a su vez en sistema nervioso somático y sistema nervioso autónomo.
El sistema nervioso somático es el encargado de controlar los movimientos conscientes, como cuando movemos un músculo de forma voluntaria, mientras que el sistema nervioso autónomo controla las funciones no conscientes, como la digestión, el latido del corazón o la respiración.
Éste último está compuesto de dos partes: el sistema nervioso simpático y el parasimpático, que llevan a cabo funciones opuestas que se equilibran entre sí.
El sistema nervioso simpático es el encargado de estimular el sistema nervioso autónomo en las situaciones de emergencia, provocando reacciones fisiológicas como el aumento del ritmo cardíaco, la dilatación de las pupilas y la inhibición de la digestión.
El sistema nervioso parasimpático realiza la función opuesta, ralentizando las funciones y favoreciendo la relajación.
En nuestra vida diaria, a menudo estamos sometidos a un estrés constante, lo que sobreestimula el sistema simpático que inhibe ciertas funciones para responder mejor a las amenazas percibidas.
Esta situación prolongada en el tiempo es lo que provoca cansancio y a la larga, enfermedades que pueden llegar a cronificarse.
Y es aquí donde entra en juego savasana: cuando llevamos a cabo esta práctica, nuestro organismo se relaja por completo, y esto permite que tanto el cuerpo como la mente recuperen la energía perdida.
O, dicho de otra manera, incentiva las funciones del sistema parasimpático, permitiéndonos recuperar el equilibrio físico y mental.
Savasana para embarazadas
En el caso particular de las mujeres embarazadas, éstas pueden practicar la postura haciendo una variación; lo ideal es colocar varios cojines o mantas bajo la espalda y la cabeza, para elevarlas.
De este modo, evitaremos que el exceso de peso lesione la espalda y el cuello también podrá relajarse.
Savasana para niños
Los niños son inquietos y curiosos por naturaleza, les cuesta permanecer en reposo, por lo que practicar esta postura de relajación con ellos puede parecer un reto.
Para que los niños puedan disfrutar de los beneficios de esta pose, lo ideal es plantear la sesión como un juego más y no alargar la práctica más de 10 minutos.
Podemos sugerir a los niños que visualicen un paisaje bonito mientras se relajan, o ir recorriendo mentalmente el cuerpo (contrayendo y relajando cada parte al mismo tiempo).
Usar música y sonido (por ejemplo, de cuencos tibetanos), así como taparles los ojos con una toalla o antifaz, puede ayudarles a entrar en un estado de calma.
Meditación guiada
Podemos practicar savasana antes, durante o después de una clase de yoga, o simplemente para relajarnos en cualquier momento del día.
La meditación guiada de abajo es ideal para iniciarse en las bondades de este asana.
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