Meditación para el estrés: una sencilla guía paso a paso

Meditación para el estrés

La meditación es una de las técnicas utilizadas en la gestión del estrés. Una persona que está plagada de problemas suele tener dificultades para concentrarse, lo que a menudo hace que surjan más problemas debido a sus errores.

Las técnicas de meditación ayudan a una persona a lograr un estado mental tranquilo sin tener que recurrir a las drogas o a las herramientas e implementos de relajación. Cada paso de la meditación se realiza en la mente.

Recuerde que la meditación no es un asunto de una sola vez. Es casi imposible alcanzar un estado de calma mental en cuestión de minutos, especialmente si es la primera vez que lo haces.

Es esencial que sigas practicando la meditación hasta que hayas condicionado tu mente para alcanzar instantáneamente ese estado con sólo pensarlo.

Estos son algunos pasos para que un principiante comience con la meditación como su estrategia de Manejo del Estrés.

Paso 1: Busca un rincón tranquilo para empezar a meditar

La distracción es un obstáculo para los que aún se inician en la meditación.

Cuando cierras los ojos, tu sentido del oído es doblemente bueno, por lo que es muy posible que oigas casi cualquier cosa en tu entorno que te dificulte la concentración.

Para los principiantes, es importante empezar en un lugar tranquilo de su casa donde no haya ruido. Cierra las ventanas y cierra la puerta con llave.

Si es posible, puedes decir a todos los habitantes de tu casa que minimicen su ruido para que no te distraigas.

Paso 2: Prepara tu posición

Es aconsejable que los principiantes eviten acostarse al practicar la meditación. El objetivo no es dormir, y es una garantía de que caerás inmediatamente en el sueño si tu mente alcanza un estado de relajación.

Para evitar que esto ocurra, puedes empezar tu meditación en posición de loto o puedes encontrar una silla en la que puedas sentarte. Asegúrate de que tu espalda está recta y tus manos están relajadas en el reposabrazos o en tu regazo.

Paso 3: Comienza tu meditación con una respiración adecuada

Una buena manera de empezar la meditación es hacer el ejercicio de respiración adecuado. Inhala por la nariz y exhala por la boca.

De esta manera, puedes conseguir un ritmo en el que puedas concentrarte fácilmente. Además, la cantidad de oxígeno en tu cuerpo será suficiente para mantenerte relajado.

Sigue practicando tu respiración hasta que puedas hacerlo fácilmente sin tener que pensar en ello.

Paso 4: Concéntrese en su mente

Mientras estás ocupado con tu respiración, alcanzarás un estado en el que tu mente empezará a lanzarte imágenes. La mayoría de ellas son aleatorias: acontecimientos del día, planes futuros, problemas y preocupaciones, miedos, etc.

Será difícil ignorar estos pensamientos y se supone que no debes ignorarlos. La idea es centrarse en estos pensamientos sin prestarles atención.

Esto puede sonar difícil pero aquí hay un ejemplo simple para entender el concepto. Sabes que tienes muebles en casa – puedes verlos claramente con tus ojos pero no estás realmente concentrado en ellos.

Centrarse en los muebles suele hacer que pienses en su color, en su material, en cómo quedan en esa parte de tu casa, etc.

Tienes que ser capaz de mirar estos pensamientos aleatorios en un estado de desapego, viéndolos claramente en tu cabeza pero sin centrar tu atención en ellos.

Llegará un momento en que este pensamiento aleatorio se detendrá y notarás que ya estás en un espacio en blanco en tu mente. Este es el estado que quieres alcanzar durante la meditación.

Este es el lugar donde puedes pensar en tus problemas y concentrarte en ellos hasta que puedas encontrar una solución para ellos. Con esto, usted ha dominado con éxito los fundamentos de la meditación para su programa de manejo del estrés.

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